El contexto socioeconómico mundial y nacional revela una amplia necesidad de buscar nuevas formas de enfrentar desafíos altamente exigentes. La globalización, el desarrollo tecnológico y las altas tasas de cambio, demandan a las organizaciones una competitividad creciente basada en fuertes incrementos de su productividad, calidad e innovación. A las personas, por su parte, se les demandan mayores exigencias de rendimiento acompañadas por una necesidad de incrementar sus habilidades a través de procesos de aprendizaje, capacitación y desarrollo permanente (Dutra). Esto ha conflictuado a nuestras sociedades y mercados, generando una debate en tomo a cómo resolver tales exigencias. Particularmente, se hace cada vez más difícil lograr que las empresas logren desarrollar ventajas competitivas reales, ya que la norma actual es ofrecer productos y servicios de alta calidad a bajo costo, parámetro que debe ser alcanzado para no quedar atrás pero que no asegura un éxito sustentable. La necesidad de diferenciarse y lograr ventajas competitivas ha obligado a mirar a las personas de las organizaciones como fuente de diferenciación.
Es en este marco global es donde el enfoque de competencias emerge como una de las formas de resolver tales demandas, ya que parte de la premisa de buscar ventajas competitivas a partir de las personas. Considerando lo señalado por Ducci, la importancia de este enfoque se basa en:
1) Enfatizar la relación existente entre desarrollo socioeconómico y la capacidad de las personas para construirlo, ya que el enfoque subraya cómo las personas logran altos niveles de rendimiento.
2) Que la formación basada en competencias favorece procesos de aprendizaje y formación continuos, favorece la implementación de programas de capacitación pertinente, flexible y de calidad, y permite una adaptación más rápida a los cambios tecnológicos y productivos. (Dutra).
3) Permitir la flexibilidad requerida para enfrentar los fuertes procesos de cambio que actualmente se están dando. La mirada de las competencias enfatiza como las personas pueden enfrentar y administrar el cambio a través de aprendizajes permanentes y actualizados en tomo a las nuevas demandas que se le plantean a la organización. En síntesis, se puede afirmar que el Enfoque o Movimiento de Competencias surge como respuesta a la necesidad de generar competencias competitivas basadas en las capacidades de las personas altamente eficaces que trabajan en cada empresa.
4) Ya que el enfoque por competencias describe conductas en el ámbito laboral, facilitaría que los empleados que conozcan lo que se espera de ellos y puedan contribuir de mejor manera a las metas organizacionales (OIT).
5) «El enfoque de competencias aclara notablemente el panorama para la selección de personal, el cual puede apoyarse ya no sobre diplomas sino sobre capacidades demostradas». Del mismo modo, al reconocerle competencias al trabajador, adquiridas a través de sus prácticas laborales, se aumenta su empleabilidad. (OIT).
6) Mejoran la precisión al determinar el ajuste o potencialidad de una persona para diversos trabajos. (Wood, R. y Paine).
7) Al desagregar el perfil de una persona en habilidades, capacidades, actitudes y características específicas, los planes de desarrollo pueden relacionarse mejor con las áreas donde se necesita el desarrollo. (Wood, R. y Paine).